“La faz de esta Mater Immaculata, ligeramente inclinada hacia la derecha, nos conmueve por su belleza formal y atinada expresividad; su descripción resulta suficientemente elocuente por sí misma: frente amplia y despejada; cejas bien perfiladas y ascendentes, sin fruncimiento del ceño; mirada frontal, algo estrábica y perdida en el infinito, verdadero centro focal de la atención del fiel, quien se reconoce reflejado en unos grandes y cautivadores ojos de cristal, tamizados por livianas pestañas postizas que evitan toda sensación de entornamiento; tres lágrimas que resbalan por unas mejillas tersas de pómulos bien marcados, dos por la derecha y una por la izquierda, describiendo el apetecido ritmo asimétrico; una nariz contundente, de raigambre clásica y perfil triangular; los labios temblorosos y entreabiertos, mostrando los dientes tallados en marfil y la lengua proyectada sobre el arco dental inferior; la barbilla redondeada con grácil hoyuelo en el centro y, por último, un cuello verazmente anatomizado con los músculos esternocleidomastoideos en tensión y la escotadura yugular señalada.
En cuanto a las manos, estas repiten el modelo empleado por vez primera en la Virgen de la Candelaria de Aracena, obra del propio Miñarro fechada en 1995; la mano derecha presenta los dedos más flexionados que su contraria, con el fin de portar el característico pañuelo de encajes.
En 1988, consiguió por oposición la plaza de Profesor Titular de Universidad por el área de Escultura, desempeñando su docencia en la Facultad hispalense de Bellas Artes. En la actualidad, es Catedrático de Escultura y Director de su Departamento universitario. Estos menesteres los compagina con una intensa labor creativa en su taller. Entre sus ya numerosos discípulos, podemos reseñar los nombres de los jóvenes escultores Fernando Aguado, José María Leal, Manuel Mazuecos o Ricardo Suarez.
Su exposición itinerante llamada “El Hombre de la Síndone” le ha convertido en uno de los escultores imagineros más comprometidos con los estudios sobre la Sábana Santa y la anatomía de Jesucristo, que ha ido plasmando sobre todo en sus últimas realizaciones artísticas, caso del Nazareno para la Hermandad del Cerro del Águila de Sevilla, bendecido en la Cuaresma de 2004.